El material de estudio “Aprendan de mi”, es una serie de 13 temas o sermones que nos orientan a experimentar el gozo de la salvación y a tener una relación viva y dinámica con nuestro Salvador Cristo Jesús. Los temas serán presentados en cada iglesia de la Unión Salvadoreña. Para lo cual, se ha facilitado ejemplares gratis para cada iglesia y grupo.
En esta página encontrará el libro en formato PDF y vídeos de cada capítulo donde el pastor Herrera presentará las ideas principales de cada uno, todo ese material puede ser descargado libremente.
Capítulo 1 - «Ven a mí»
Él desea vivir contigo una experiencia diaria de comunión y compañerismo, y te hace la más grande invitación que puedas haber recibido alguna vez: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga» (Mat. 11: 28-30).
Capítulo 2 - «Trabajados y Cargados»
¡Nadie puede cambiar su propio corazón! Es una tarea imposible. Tal vez por eso los abuelos decían: «Genio y figura, hasta la sepultura». La historia está alfombrada de hombres y mujeres que intentaron revertir el cuadro dramático del ser humano y fracasaron.
Capítulo 3 - «Yo los Haré Descansar»
Una lectura rápida de la invitación de Jesús podría llevarnos a una conclusión equivocada de la naturaleza del cansancio que menciona el Maestro. Para entender el tipo de desasosiego al que se refiere el convite divino necesitamos realizar una revisión correcta del texto y entenderlo dentro del contexto.
Capítulo 4 - «Lleven Mi Yugo»
A veces, golpeado por la vida, llegas a la conclusión de que eres fruto del azar y que tu existencia es una casualidad, un simple accidente biológico. Pero Dios dice que antes de que nacieras, cuando todavía estabas en el vientre de tu madre, él ya tenía un plan para ti (ver Jer. 1: 5).
Nada ocurre en este mundo sin el consentimiento divino. Tú eres un resultado del amor maravilloso de tu Padre celestial. A pesar de las circunstancias adversas que te rodeen, no importa las heridas que las personas te hayan abierto, el propósito del Padre para ti se mantiene firme. Lo único que necesitas es descubrirlo y abrazarlo.
Capítulo 5 - «Aprendan de Mí»
Lo primero que los cristianos necesitamos entender es que nos acercamos a Jesús para aprender de él. No se trata de un simple aprendizaje teórico, sino de algo práctico como ser manso y humilde de corazón.
Solo existe una manera de aprender del Maestro: pasando tiempo cada día con él a través de la oración, del estudio de su Palabra y contando a otros lo que Jesús ha hecho en nuestra vida. Tú hablas con Dios mediante la oración, Dios habla contigo mediante la Biblia y tú y Dios, juntos, cuentan a otros acerca de la maravillosa experiencia de amor y comunión que ambos viven.
Capítulo 6 - «Yo Soy Manso y Humilde»
¿Alguna vez te sentiste rechazado, condenado y sin derecho a acercarte a alguien a quien admiras? ¿Alguna vez sentiste que, a pesar de los bienes materiales que has logrado amasar en la vida, en tu corazón crecía ese vacío interior que te incomoda y te impide ser feliz? Si es así, tu vida se parece mucho a la de Zaqueo.
La Biblia nos presenta a Zaqueo como un modelo del ser humano pecador. La historia dice que él era rico. Los ricos por lo general usan ropas finas y caras. No sé si ya lo notaste, pero a veces la Biblia representa al pecador como una persona pobre, mal vestida y casi desnuda; como el hijo pródigo, la mujer adúltera de Juan 8, el leproso o el paralítico. Pero en otras ocasiones el pecador aparece bajo el manto de la riqueza y el buen vestir, como en el caso de Naamán o de Zaqueo.
Capítulo 7 - «Descanso Para el Alma»
Hay tres acciones que el Señor realizó el primer sábado, después de la creación. Primero, el Señor descansó, después bendijo y por último, santificó. Analicemos un poco esta triple acción. Si Dios descansó, con toda seguridad no fue porque estuviese cansado. Dios no se cansa ni se fatiga, afirma la Biblia (ver Isa. 40: 28). Entonces, ¿por qué descansó? Para darnos ejemplo, para hacer del sábado un día diferente de los otros seis, y enseñarnos que detrás de ese día hay una bendición especial.
Determinar que el sábado es un día santo no fue el capricho de un Dios egoísta que necesita que sus hijos dejen de trabajar y se dediquen a adorarlo. Dios no vive de la adoración de sus criaturas. Todo lo que Dios creó, lo hizo en favor del ser humano, incluso el sábado (Mar. 2: 27).
Capítulo 8 - «Mi Yugo es Fácil»
Los discípulos aprendieron a depender del Maestro. Sus derrotas y fracasos los llevaron a entender que sin Cristo no eran nada. Necesitaban de él como los pulmones necesitan del oxígeno. Por eso, el ambiente en aquel instante era tenso. Jesús, con su voz mansa, había dicho cosas que sacudieron a sus oyentes. Él nunca necesitaba levantar el tono de su voz para sacudir los corazones y hacerlos pensar. Su voz era suave y cariñosa, pero tenía la autoridad que provenía de su comunión con el Padre.
La vida no es un lapso, sino una persona: Jesús. En él estamos vivos. Permaneciendo en él florecemos y damos fruto. En el momento en que, por cualquier circunstancia, interrumpimos esa comunión, perdemos la vida. Porque Cristo es la propia vida. Separados de él podemos seguir moviéndonos, trabajando, corriendo, y realizando todas las actividades diarias, pero estamos muertos.
Capítulo 9 - «Jesús: Nuestro modelo de espiritualidad»
Tal vez lo primero en lo que debamos fijarnos si vamos a hablar de la espiritualidad de Jesús es en el concepto que él tenía de Dios el Padre. Además, hemos de considerar también la visión que Cristo tenía del mundo y de todo lo que acontece en él, o «cosmovisión». Estos dos puntos son importantes porque la espiritualidad no ocurre en el vacío, como a muchos les gustaría creer, sino que es un resultado, en primer lugar, del concepto que tenemos de Dios y en segundo lugar de como vemos la vida, sus propósitos, el éxito, el futuro, las personas y las cosas, entre otros temas.
Jesús habló extensamente acerca de su Padre celestial. Cualquier persona que lea los Evangelios notará de inmediato que el Padre era uno de sus temas favoritos. El concepto que tenía Cristo acerca del Padre se puede resumir sin ninguna duda en Mateo 5: 48, cuando dijo que el «Padre que está en los cielos es perfecto».
Capítulo 10 - «Jesús: Nuestro modelo de obediencia»
Muy a menudo, los cristianos corremos el riesgo de, al reflexionar en Jesús y su obra en nuestro favor, concentrarnos solamente en su muerte en la cruz. Esta forma de entender la obra de Cristo puede hacerlo parecer desconectado de nuestro presente; o sea, alguien que hizo algo por nosotros en el pasado y por lo cual debemos estar agradecidos, pero que de aquí en adelante nos toca a nosotros hacer lo mejor que podamos con nuestras vidas. Nada más alejado de la realidad.
El Nuevo Testamento declara rotundamente que Cristo no solo murió, sino que también vivió por nosotros. A Cristo debemos no solo nuestra redención, sino que él es también el perfecto ejemplo de cómo hemos de vivir los que deseamos agradar a Dios y cumplir su voluntad.
Capítulo 11 - «Jesús: Nuestro modelo de generosidad»
Uno de los aspectos más maravillosos de la Biblia es la perspectiva cuádruple que tenemos de la vida de Jesús cuando se la considera a la luz de los Evangelios. Cada uno de los autores presenta una perspectiva distinta y a la vez iluminadora de la vida de Jesucristo.
Los estudiosos que han analizado y comparado los Evangelios sugieren que Mateo, por ejemplo, se nota primariamente interesado en demostrar a una audiencia evidentemente judía que Jesús es el Mesías de las profecías y que en él se cumplen las promesas hechas a Abraham y David en el Antiguo Testamento. Marcos, por otro lado, parece mostrarnos a un Jesús de acción y también sufriente. Lucas nos presenta a Jesús como el Salvador de toda la humanidad, además de resaltar su compasión por los enfermos y marginados sociales. Por último, los expertos sugieren que Juan dedica su evangelio a poner de manifiesto la divinidad de Jesús.
Capítulo 12 - «Jesús: Nuestro modelo de servicio»
La historia de la humanidad cuenta con excelentes ejemplos de servicio desinteresado, quizás creciste escuchando las historias de Diana de Gales y Teresa de Calcuta, por citar solo dos ejemplos famosos del siglo XX; sin embargo, debemos reconocer que nadie en este planeta ha superado la vida de servicio de Jesús, el Hijo de Dios.
Es por eso que cualquier lista que elaboremos para descubrir qué hemos de aprender de la vida de Cristo para imitarlo estaría inconclusa sin su ejemplo supremo de servicio. Afortunadamente, en las Sagradas Escrituras tenemos suficiente información acerca de este aspecto de la vida del Mesías, así que podemos tener una idea clara de lo que significa servir a Dios y al prójimo desde la perspectiva del Nazareno.
Capítulo 13 - «Jesús: Nuestro modelo de fidelidad»
Una de las declaraciones más significativas que encontramos en el Nuevo Testamento en relación con la fidelidad de Jesús es esta: «Por lo tanto, hermanos santos, que tienen parte del llamamiento celestial, consideren a Cristo Jesús, el apóstol y sumo sacerdote de la fe que profesamos. Él es fiel al que lo constituyó, como lo fue también Moisés en toda la casa de Dios. Pero a Jesús se le ha concedido más honor que a Moisés, así como al que hace una casa se le rinde más honor que a la casa misma. Porque toda casa es hecha por alguien, pero el que hizo todas las cosas es Dios. Como siervo, Moisés fue fiel en toda la casa de Dios, para dar testimonio de lo que se iba a decir. Cristo, en cambio, como hijo es fiel sobre su casa, que somos nosotros, si mantenemos la confianza firme hasta el fin y nos gloriamos en la esperanza» (Heb. 3: 1-6, RVC).